El negociador jefe de las Naciones Unidas para el cambio climático, Yvo de Boer, instó a los países ricos a recolectar al menos US$10.000 millones para ayudar al mundo en desarrollo a elaborar planes nacionales tendientes a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
De Boer dijo que ese dinero también debe utilizarse para "facilitar a las naciones pobres su adaptación al calentamiento global", cuyas consecuencias van desde desplazamientos de la población hasta la pérdida del sustento económico.
El funcionario de la ONU dijo que la cifra de US$10.000 millones es lo "mínimo" que el mundo desarrollado puede ofrecer.
Según algunos analistas, esta cifra es "ínfima" si se tiene en cuenta que el gobierno estadounidense, el británico, la Unión Europea en su conjunto, y Alemania y Francia en particular han comprometido millones de millones de dólares en el rescate de sus sistemas financieros.
Hacia Copenague
De Boer insistió en que la cumbre que se realizará en diciembre en Copenague para debatir el cambio climático debe llegar a una fórmula que permita compartir y distribuir de manera justa los costos de combatir el calentamiento del planeta.
Asimismo, el funcionario de la ONU dijo que no sólo los países ricos deben comprometerse a limitar los gases de efecto invernadero, sino también naciones en desarrollo como China, India y Brasil, todas ellas grandes economías emergentes.
Para De Boer, el logro o no de estos compromisos determinará el éxito o fracaso de la reunión en Dinamarca.
"Copenague debe dar respuestas claras a los problemas que he mencionado. Si no lo consigue, habremos fallado", advirtió.
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