Aumentaron a más de 100 los fallecidos por el paso del tifón Ketsana por Filipinas, mientras que los afectados ascienden a más de 300.000, según el último balance ofrecido por el Consejo Nacional de Coordinación de Desastres (NDCC), que precisó que además hay 23 desaparecidos.
Además, más de 5.000 personas han tenido que ser rescatadas en las zonas afectadas por el tifón, que los filipinos llaman 'Ondoy', mientras que otras 60.000 han sido evacuadas a 118 centros. Entre los fallecidos figuran un soldado y cuatro voluntarios que trabajaban en las labores de emergencia.
La provincia con más víctimas mortales en Rizal, con 23, mientras que en la capital, Manila, hay ya al menos siete muertos. El Gobierno ha declarado el estado de calamidad nacional en 27 provincias de siete regiones, así como en la región de Manila.
La presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, hizo esta mañana un llamamiento a la calma a todos los ciudadanos y a obedecer las instrucciones de las autoridades locales y la Protección Civil. "Nos las arreglaremos para salir de esta última calamidad natural", aseguró la presidenta. "Unámonos y ayudémonos unos a otros", añadió.
El tifón, con vientos de 85 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 100 kilómetros, alcanzó ayer sábado las provincias de Aurora y Quezon, y luego avanzó hacia Luzon Central. Según Gener Quitlong, meteorólogo gubernamental, en Manila las lluvias dejaron el agua que suele caer en un mes en un solo día. "Sabíamos que iba a llover, pero no así", reconoce Quitlong, que subraya que "por muy bueno que sea tu sistema de drenaje, se verá superado por tal cantidad de agua de lluvia".
Así en Manila, donde residen doce millones de habitantes, algunos barrios quedaron cubiertos por más de seis metros de agua. Esta mañana, el nivel del agua había bajado en algunas zonas, aunque sigue siendo alto. Además, se tuvo que cerrar uno de los tres terminales del aeropuerto.
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