El 68% de la superficie de América del Sur tiene problemas vinculados a la degradación del suelo, lo que impacta gravemente en la productividad de una de las principales regiones agro-exportadoras del mundo. El tema se abordó en la novena Conferencia de la ONU contra la Desertificación.
El encuentro entre los representantes de las 193 naciones que conforman el órgano de la ONU busca poner en marcha medidas para luchar contra la desertificación, que a nivel mundial provoca una pérdida del 1 por ciento de la productividad del suelo cada año.
Es por eso que el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dijo en un mensaje a los asistentes a la cumbre en Argentina que la degradación de la tierra se encuentra “entre los desafíos ambientales mundiales más apremiantes de nuestro tiempo”.
El responsable para América Latina del la CNULD, Richard Byron-Cox, habló sobre la importancia de revertir la situación en esa región, ya que la baja en la productividad agrícola como consecuencia de la desertificación afectará el acceso mundial a alimentos.
“La tierra es como un banco, si uno saca y saca y no repone, se quebrará”, ilustró.
En ese sentido, el experto señaló que las malas prácticas agrícolas están contribuyendo a empobrecer el suelo sudamericano, que también se ve afectado por otros factores, como la erosión provocada por la deforestación.
Se estima que el sobrepastoreo ha afectado a unas 70 millones de hectáreas en la región mientras que otras 100 millones fueron degradadas por la destrucción de bosques.
Es por eso que las claves para revertir el proceso tienen que ver con un mejor conocimiento y uso de las tierras, y con la plantación de árboles que protejan el suelo.
“La gente tiene que recibir educación sobre las capacidades de la tierra y la baja en productividad que genera el uso excesivo de los suelos”, afirmó Byron-Cox.
“También es importante que se estudien con cuidado los sistemas de agroforestación, y se aprenda cómo plantar bosques que permitan el desarrollo de la agricultura”, agregó.
A pesar de que las perspectivas son preocupantes, el funcionario de la ONU se mostró optimista sobre los avances logrados en los últimos años.
“Noto un gran esfuerzo por parte de los gobiernos, las organizaciones sociales y en particular los jóvenes para informarse y actuar para revertir el problema”, se esperanzó.
Una de las “historias de éxito” que resaltó fue el trabajo realizado en la zona conocida como el Gran Chaco, la enorme región que se extiende entre Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
Según Byron-Cox los esfuerzos intergubernamentales para revertir el daño provocado por la desertificación están surtiendo efecto, y son un ejemplo de lo que se puede lograr cuando los países trabajan de forma coordinada.
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