El estudio más completo realizado hasta ahora de la historia climática de la Península Antártica revela que el continente tuvo vegetación tipo tundra hasta hace poco más de 12 millones de años.
La Península es la parte de la Antártica que registró un mayor aumento de temperatura en las últimas décadas y su estudio es fundamental para intentar predecir cómo responderán las masas de hielo del continente al calentamiento global.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad Rice, en Houston, Texas, y la Universidad Estatal de Louisiana, ambas en Estados Unidos. El documento será publicado en julio en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
"La mejor manera de predecir el comportamiento futuro de las capas de hielo de la Antártica es comprender su pasado", señaló John Anderson, geólogo marino de la Universidad Rice y autor principal del estudio.
La investigación reconstruye el largo proceso de enfriamiento durante el cual la Península Antártica sucumbió al hielo. El continente estuvo cubierto por bosques en el pasado y se estima que las capas heladas, que hoy contienen más de dos tercios del agua dulce del planeta, comenzaron a formarse hace cerca de 38 millones de años.
La Península, más al norte que el resto del territorio, fue la última parte del continente en cubrirse de hielo y en las últimas décadas es la que ha experimentado mayores variaciones, con un aumento de temperatura seis veces más rápido que el promedio mundial.
"Desde hace mucho tiempo se debate cuán rápido fue el período de formación de hielo en la Antártica", explicó Sophie Warny, geóloga de la Universidad Estatal de Louisiana especializada en paleopalinología, el estudio de esporas y polen fosilizados.
Warny, sus estudiantes y su colega Rosemary Askin lograron determinar exactamente qué especies de plantas existieron en la Península.
Para ello examinaron durante tres años miles de granos de polen que habían sido preservados en depósitos debajo del suelo marino cerca de la costa.
"El récord de polen es hermoso, tanto por su riqueza como por su profundidad. Nos permitió reconstruir el rápido declive de los bosques durante el Eoceno, hace unos 35 millones de años, y la expansión del hielo en el Mioceno hace unos 13 millones de años", señaló Warny.
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